Al ser un alimento complementario, lo podemos utilizar de diferentes formas: como condimento (mezclado con el pienso), como postre, como premio y como hidratante. Indicado para todas las razas y edades de perros.

• Fuente de antioxidantes. Es perfecta para mejorar el funcionamiento de las células, los tejidos y los órganos, ya que combate los radicales libres oxidativos, que envejecen al organismo. Además, por la variedad de minerales que contiene, refuerza el sistema óseo y el funcionamiento de distintos órganos, e incluso mejora la piel y el pelaje.
• Favorece la digestión. La miel puede favorecer la actividad del sistema digestivo, es decir, ayuda a metabolizar los alimentos y evita que se produzcan indigestiones estomacales. Además, ayuda a aliviar síntomas de estreñimiento, previene el reflujo y alivia la diarrea.
• Acción antiinflamatoria. La miel tiene también la propiedad de reducir hinchazones musculares y aliviar el dolor causado por la inflamación.
• Fuente de energía. Es buena sobre todo para los perros activos y los cachorros, porque les aporta energía, vitaminas, minerales y antioxidantes, nutrientes necesarios para su correcto desarrollo.
• Aumenta el apetito. En cachorros desnutridos o perros convalecientes, la miel proporciona a estos pequeños un extra de glucosa y fructosa que les ayuda a comer mejor.
• Contra alergias. Mejora el sistema inmune del animal.
• Cura heridas o úlceras. Debido a su capacidad bactericida, antiséptica y cicatrizante, es perfecta para tratar lesiones en la piel, los músculos y otros tejidos.